Anécdota de Aniversario: Diego
¿Se acuerdan que en el post anterior les avisamos que subiríamos algunas historias? Bueno, aquí va la primera. Nos la envió un miembro antiguo del grupo que probablemente muchxs de ustedes no conozcan, pero aquí podrán saber más de él.
Me niego a olvidar una historia que casi me mata.
Y si, ese campamento casi morimos de la forma más sutil posible.
La patrulla Lobos, no había otra opción, era dejarlo todo por diversión, jamás fue nuestro objetivo ser primeros, ser competitivos, sí, quisimos ganar, pero si eso costaba estresarnos, en medio de la naturaleza, rodeados por el río de Chepu, viviendo momentos que nunca hemos repetido, no perdimos nuestros cabales por ganar.
Así fue como nos mentalizamos para ir a un campamento más de los Guías y Scouts San Andrés (en ese momento), teníamos que hacer trajes de guerreros griegos por la mitología que envolvía nuestro nombre de grupo y bueno, como siempre, no los hicimos, así que fuimos con unas toallas cruzadas y un par de palos a “colores”.
Así de relajados éramos, nuestra única ley fue siempre apoyarnos.
- “La rama nunca se rompe” decíamos, haciendo gestos con el brazo de que nunca se rompería. Éramos todo lo que teníamos y no importaba nada más.
Y bueno, llegó la noche, estábamos en unas mini cabañas con camarotes porque aún hacía el suficiente frío y éramos primerizos, no nuestro primer campamento, pero si de los primeros años. Teníamos que cocinar, pero nuestro horno estaba medio malo, no sabíamos qué pasaba que como que salía gas, pero no prendía (sí, pasó lo que ya se imaginan). Seguimos intentando y ya después de un rato nos aburrimos, no recuerdo qué comimos o si realmente comimos, estábamos cansados, aun quedaba el juego nocturno, no había ganas. Estábamos recostados en nuestras camas esperando el silbato de llamada que no llegaba y el sueño era real, el sueño en el que nos estábamos metiendo, realmente, pudo haber sido el último. Hacía un calor humano cómodo, 7 personas en una cabaña pequeña. No creo que hayan sido más de las 20:00 de ese día y de a poco íbamos cayendo, anestesiados por el inoloro gas que se desprendía de una fuga en la manguera de nuestro horno que “no funcionaba”, dormíamos, entrábamos en el sueño 7 personas juntas en una misma pieza… hasta que llegó Pablo y la Cynthia a tocar la puerta, abrirla y decir “¡esto está pasado a gas!”. Nadie sabe qué hubiera ocurrido si Pablo y la Cynthia no hubieran llegado a tiempo, quizás hoy se llamaría “Grupo de Guías y Scouts Patrulla Lobos”.
Siempre revisen si el gas de su cocinilla o de horno está bien cerrada, no siempre va a llegar un Pablo y una Cynthia a tiempo.»
-Ane, Benja, Jorgito, Pancho, Memo, Nacho y Diego.
PD: mañana publicaremos una carta de una dirigente. Revisen el blog mañana antes de la reunión :D.
Patrulla Lobos, Chepu, 2009. |
«Hoy quiero escribir
un cuento que te hable de mis alegrías
de todo lo que me hace respirar
del verde del mar…
Me niego a olvidar una historia que casi me mata.
Y si, ese campamento casi morimos de la forma más sutil posible.
La patrulla Lobos, no había otra opción, era dejarlo todo por diversión, jamás fue nuestro objetivo ser primeros, ser competitivos, sí, quisimos ganar, pero si eso costaba estresarnos, en medio de la naturaleza, rodeados por el río de Chepu, viviendo momentos que nunca hemos repetido, no perdimos nuestros cabales por ganar.
Así fue como nos mentalizamos para ir a un campamento más de los Guías y Scouts San Andrés (en ese momento), teníamos que hacer trajes de guerreros griegos por la mitología que envolvía nuestro nombre de grupo y bueno, como siempre, no los hicimos, así que fuimos con unas toallas cruzadas y un par de palos a “colores”.
Así de relajados éramos, nuestra única ley fue siempre apoyarnos.
- “La rama nunca se rompe” decíamos, haciendo gestos con el brazo de que nunca se rompería. Éramos todo lo que teníamos y no importaba nada más.
Y bueno, llegó la noche, estábamos en unas mini cabañas con camarotes porque aún hacía el suficiente frío y éramos primerizos, no nuestro primer campamento, pero si de los primeros años. Teníamos que cocinar, pero nuestro horno estaba medio malo, no sabíamos qué pasaba que como que salía gas, pero no prendía (sí, pasó lo que ya se imaginan). Seguimos intentando y ya después de un rato nos aburrimos, no recuerdo qué comimos o si realmente comimos, estábamos cansados, aun quedaba el juego nocturno, no había ganas. Estábamos recostados en nuestras camas esperando el silbato de llamada que no llegaba y el sueño era real, el sueño en el que nos estábamos metiendo, realmente, pudo haber sido el último. Hacía un calor humano cómodo, 7 personas en una cabaña pequeña. No creo que hayan sido más de las 20:00 de ese día y de a poco íbamos cayendo, anestesiados por el inoloro gas que se desprendía de una fuga en la manguera de nuestro horno que “no funcionaba”, dormíamos, entrábamos en el sueño 7 personas juntas en una misma pieza… hasta que llegó Pablo y la Cynthia a tocar la puerta, abrirla y decir “¡esto está pasado a gas!”. Nadie sabe qué hubiera ocurrido si Pablo y la Cynthia no hubieran llegado a tiempo, quizás hoy se llamaría “Grupo de Guías y Scouts Patrulla Lobos”.
Siempre revisen si el gas de su cocinilla o de horno está bien cerrada, no siempre va a llegar un Pablo y una Cynthia a tiempo.»
-Ane, Benja, Jorgito, Pancho, Memo, Nacho y Diego.
Diego Pincheira.
PD: mañana publicaremos una carta de una dirigente. Revisen el blog mañana antes de la reunión :D.
Comentarios
Publicar un comentario